
En el nº 8, una mujer con mucho encanto, natural de La Costera, defiende su pedanía a muerte y por eso se incorporó a este proyecto porque quiere conseguir lo mejor para sus vecinos. Ella no tiene pelos en la lengua y no va a engañar a nadie. Comparte sus tareas como madre y ama de casa con su trabajo en un restaurante de la pedanía.
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