La organización y planificación de esta feria de Alhama que comenzará el próximo viernes, 1 de octubre, con el chupinazo y pregón de Blas, ha estado llena de problemas y enfrentamientos. El principal conflicto surgió por la decisión del alcalde de cambiar la ubicación de las carpas, lo que provocó que las peñas se pusiesen en pie de guerra. Al final y debido a que el alcalde, junto con la concejala de festejos, decidieron ofrecer también el espacio que hasta ahora habían ocupado las carpas a los feriantes para ser ocupado por las atracciones, y ante la negativa de las peñas de ser expulsados del centro, se instalarán en la Avda. de la Constitución, provocando con ello otra serie de problemas (cortes de tráfico en esta arteria durante varios días, molestias a los edificios colindantes, etc.). Pero si hay un colectivo que parece haber estado olvidado por el alcalde y concejala ha sido el de las personas mayores de la Residencia, ya que éstas van a sufrir el grueso gordo de todas las molestias: por un lado la feria de día, por detrás la montaña rusa, luego la música de las verbenas que este año se harán en el parque, y para colofón, de frente, la música de las carpas, es decir horario desde las 12 de la mañana que se inicia la feria de día hasta las cinco de la madrugada con las carpas de los jóvenes. No creo que sea justo ni ético fastidiar al sector más débil, es decir, al que sabemos que no tiene capacidad de protesta.
A este conflicto también se han unido las protestas de los chiringuitos por la instalación de una gran carpa rociera, la de los hosteleros de la feria de día por no permitirles vender copas en un principio y el malestar de los feriantes por echarles la culpa de todo este desaguisado.
La verdad que para mí y para mucha gente resulta incomprensible el que a falta de unos meses para acabar esta legislatura nuestro alcalde se haya propuesto realizar una serie de cambios en la organización de la feria que han provocado un cabreo generalizado y que probablemente traerán mayores consecuencias en los días de celebración de la misma. Ojalá que no sea así. Y todo ello con la pasividad-permisividad de la edil de Festejos que sabe que es su último año como concejala. Por otro lado parece como si al Sr. Espadas no le importase sufrir este desgaste innecesario, lo que me lleva a pensar que debe tener asumido que no va a repetir como alcalde.
Para colmo de la provocación entre muchos de los votantes del PP, se ha incluido este año como novedad en el programa de fiestas, el saluda del Presidente del Gobierno de la Nación, José Luis Rodríguez Zapatero. Parece ser que esto ha causado bastante malestar en algunos miembros del equipo de gobierno, aunque para lo poco que queda para concluir esta legislatura y con un grupo popular prácticamente deshecho, estoy seguro que el pacto PP-PSOE no se resentirá.